miércoles, 1 de julio de 2015

"Tu Perro Sabe Cómo Te Sientes Cuando Te Mira a la Cara".




¿Es este el mejor momento para pedir comida? 

Vamos a ver qué cara tiene…” 
Un estudio realizado por científicos austriacos afirma 
que este podría ser un pensamiento natural de tu perro 
antes de tantear si puede pedirte que le llenes su cuenco de bolitas.


Según la investigación, el descubrimiento representa la primera evidencia sólida de que un animal que no sea el ser humano puede interpretar las expresiones faciales de otra especie.

Saber si los perros nos entienden ha sido un estudio recurrente a lo largo de la historia, aunque hasta ahora los resultados no habían sido convincentes para los investigadores. En esta ocasión, los científicos entrenaron a los canes para que pudieran distinguir una cara triste o feliz en la cara de una sola persona. Se les mostró sólo la parte superior o inferior del rostro.

Después, aumentaron la dificultad añadiendo 15 pares de fotografías con más rostros nuevos. Finalmente, pusieron a prueba a los perros con cuatro tipos de pruebas diferentes para descartar el azar. Descubrieron que los perros eran capaces de seleccionar de forma recurrente el rostro feliz e ignorar aquellas imágenes de personas con rostros malhumorados. Los resultados muestran que, además de distinguir las expresiones faciales, eran capaces de transferir lo aprendido en el entrenamiento a nuevas señales.

“Hoy mi amo tiene el día torcido, mejor desaparezco”

“La investigación evidencia que los perros tienen la capacidad de distinguir expresiones de felicidad y enfado en los seres humanos y saben también cuál es el significado de cada una de ellas”, afirma Ludwig Huber, autor principal del estudio. “No sólo pueden interpretar estos sentimientos en sus dueños, sino en cualquier persona”.

Aunque no podemos saber exactamente como categoriza los rostros un perro, “con toda probabilidad asocian una sonrisa a algo positivo y una cara enfadada a un significado negativo“. De hecho, los científicos pudieron comprobar como eran mucho más lentos para asociar una cara malhumorada con una recompensa y eso se basa en la experiencia previa del animal. Es decir, sabe que cuando ese rostro está en el ambiente lo mejor es mantenerse alejado hasta que pase el ‘temporal’.
                                         Ahora que sabes esto,
                      no te olvides de dedicarle una sonrisa
                                       a tu leal compañero.