sábado, 2 de noviembre de 2013

Hambre Emocional ¿Cómo Evitarlo?.


Alguna vez de seguro les ha pasado que repentinamente sienten la necesidad de comer, saben específicamente que desean y sienten urgencia por hacerlo, pero luego pueden experimentar frustración porque lo que consumieron no lleno el vacío que sentían, y hasta culpa por haber comido sin real apetito.

En otros casos empezamos lenta y progresivamente a tener hambre, y lo podemos saciar con lo que tengamos al alcance sin tanto análisis, inclusive con alimentos sanos como verduras o frutas. Al terminar de alimentarnos sentimos saciedad y podemos continuar con nuestras actividades. En el primer párrafo me estaba refiriendo a lo que se denomina hambre emocional, y en el segundo al hambre real o físico.

¿Qué factores pueden desencadenar el hambre emocional?

Como lo dice su nombre el hambre emocional está relacionado a nuestras emociones. Un día malo con la pareja, peleas con los hijos, preocupaciones, estrésansiedad, y en nosotras las mujeres aquellos días previos al periodo menstrual en el cual las hormonas se encuentran en revolución son algunos ejemplos de los principales factores desencadenantes. Sin olvidar por supuesto otro factor muy importante que es el embarazo.
El comer de manera emocional también se puede dar en momentos de alegría y felicidad, un ejemplo claro sería el festejo de un cumpleaños, una comida familiar, una boda, cenas de fin de año, entre otras. Aprendamos a tomar conciencia de la situación para así poder enfrentar estos momentos sin estar sujetos a lo que demanden nuestras emociones tanto las negativas como las positivas.
Ahora que conocemos los factores que pueden desencadenar una crisis de hambre emocional estamos en condiciones de tomar otras opciones para no perjudicar nuestra figura sin una necesidad real de comer.

¿Cuáles serían las opciones para evitar comer de manera emocional?

Son variadas las opciones que podemos tomar en este tipo de situaciones. En caso de sentir la necesidad imperiosa de comer debemos optar por lo más sano, en vez de comernos una bolsa entera de papas fritas, una barra de chocolates, hamburguesas (alimentos preferidos de las emociones) debemos elegir una fruta, un jugo, hasta un vaso de agua ayudaría, bebiendo de forma pausada y tranquila nos podemos llevar la sorpresa de haber superado la crisis y que el supuesto hambre haya desaparecido.
Otra opción sería salir a tomar aire fresco o realizar una caminata para despejar la mente y calmar la ansiedad que sentimos con la naturaleza. También si son de nuestro agrado podemos tomar contacto con animales que ayudan a reducir los niveles de ansiedad y estrés. Llamar a un amigo o amiga si estamos en situaciones difíciles que con tal solo hablar de nuestro problema nos sentimos aliviados o aliviadas, evitando un atracón de comida rápida innecesario.
Leer un libro que nos agrade, escuchar música, meditar.
Podemos tomar unos minutos para respirar tranquila y lentamente.Está en nosotros saber elegir la opción que nos puede ayudar a superar la crisis, al final nos sentiremos más fuertes para la siguiente recaída porque ya la sabremos reconocer y contamos con las armas para superarla, manteniendo nuestra salud y peso intactos.

Una pregunta importante.

A lo largo del día ¿Cuántas veces comemos a causa de nuestras emociones y cuántas veces lo hacemos por hambre real?. Respondiendo esta pregunta con sinceridad podemos mejorar nuestra relación con la comida.
En la vida todos pasamos por momentos en que nos sentimos desconcertamos, disminuidos, sin ninguna salida y podemos buscar saciar el vacío que sentimos con la comida. El hambre emocional aparte de contribuir a aumentar de peso nos puede acarrear a la larga diversos problemas de salud.
Para ir terminando les recomiendo que en caso de no poder superar o no tener la voluntad necesaria para luchar en este tipo de situaciones,un profesional Psicólogo nos puede orientar sobre como canalizar y re-direccionar estas emociones para tener una vida más plena y feliz.