martes, 12 de julio de 2011

"Sentir la Magia de Mis Manos", Alejandro Jodorowsky y Doña Magdalena.


(La santa curandera, para seguir mostrándome lo que era sentir la magia de mis manos, me hizo agitar los brazos con delicadeza).

Quiero que con tus manos, abras como un velo. Tus manos en el aire pueden abrir velos, y quiero que encuentres caminos en el aire. Puedes sentir que penetras en el aire, abrir caminos donde tus manos se pasean. Hay lugares en el aire que tus manos van a sentir. Siente este lado de la mano, como si quisieras acariciar. La delicadeza es esencial para la fuerza. Siente ahora tus uñas, todas. Siente ahora la palma, como es energía, como es delicadeza. Te pido que acaricies el aire como si fuera un volumen, y que allí dibujes, que toques. Delante de tí hay una forma, encuéntrala, una forma abstracta o realista, que te corresponde, crea una escultura. Siente los bordes de tus manos, el de este lado y el de este otro. Y siente entre los dedos.

Siente todo eso.

Mantén tus manos así, y por un esfuerzo de consciencia resiente la materia, el peso de tus manos, que son cada vez más pesadas. Es el peso de tu vida, es el peso de tu ser, es el peso de tu pensamiento, es el peso de tus sentimientos, es el peso de tuss deseos, es el peso de tu cuerpo. Siente la solidez, son muy sólidas tus manos, son lo más importante de tu cuerpo. Siente si ellas están limpias o están sucias, si se sienten culpables o no culpables. Analiza tus manos a la luz de tus actos. Vive la inocencia de tus manos, y si hay culpabilidad, tu la eliminas. Ahora son manos lavadas, ahora son inocentes, están meditando, tú no tienes nada que esconder.
Y lentamente, levanta el peso de tus manos, haz que tus manos se vuelvan dulces, ligeras, espirituales, transparentes. Todo tu cuerpo va a sostener tus manos. Busca en tus manos la juventud, busca la ingenuidad infantil. Y ve más lejos, aprende a mover tus manos con la pequeñez de un niño. Pon t us manos sobre el pecho, porque vas a convertirte en un feto. Los dedos van a desaparecer, tienes una mano pequeñísima, estás en el agua maternal y siente “Yo voy a hacer nacer mis manos, voy a hacer crecer las palmas, y después voy a hacer crecer en cada una mis cuatro dedos y mis pulgares” Y así asistes al movimiento celular de tus manos y así vas a parir tus manos nuevas.

Ahora relaja las manos, vuelvelas blandas, muy blandas, abandona la voluntad. La mano forma co mo un pequeño bol, como una cucharilla. Los dedos se tocan los unos a los otros, pero no hay tensión. Una cuchara debe estar vacía, como la luna debe estar vacía para recibir la luz. Esta mano está vacía, es un instrumento de recepción. Yo la pongo aquí en el vientre, la apoyo en mi pelvis. La mano cae, casi a la altura del sexo, tranquila, ella cae por su propio peso. Es una mano de recepción.

Esto es tomar la vía, el camino, y cuando se toma el camino ya no se deja. Esa mano no se distraerá. ¿que es lo q ue recibes en esa mano receptiva? Recibes la materia con que el bol está formado, porque no se puede recibir si el bol está lleno de agujeros. Para hacer un receptáculo de tu mano, tu mano va a simbolizar toda la materia, toda la tierra, y ella va a absorberla directamente de un punto que se encuentra entre tu sexo y tu ano. Absorbe por ese punto toda la energía de los pies, pone toda la energía del esqueleto. Todo tu cuerpo es un instrumento de recepción. Tus manos van a ser como un acumulador de toda la energía que comunican tus pies. Si mueves tus pies, también vas a mover tus manos, de una forma o de otra, luego la fuente del movimiento de tus manos está en tus pies. Entonces, pones tu mano ahí y sientes que tus pies te dan completamente el sostén, que son la raíz de tu mano. Siente eso.

Y después, subes por tus tobillos, hasta las rodillas, y por tus muslos y tus nalgas, tu sexo, hasta la cintura. Y toda esa fuerza, tu la pones en tu mano. Te has comunicado con toda la parte de abajo de tu cuerpo. Para hacerlo, es bueno mantener la columna vertebral bien recta si se puede, si no, te puedes apoyar contra la pared.
Ahora subes por la columna vertebral, tomas la fuerza de los brazos, de tu pecho, de tu cuello, de tu cabeza, y sientes la fuerza de la respiración, y te das cuenta de que estas respirando. Te dices “Yo respiro. Tomo toda la energía de mi cuerpo en mi mano, tomo los latidos del corazón, la fuerza de mi hígado, la fuerza de mis riñones, de mi páncreas, de mis intestinos.” Imagina esto, nino querido del alma, después eso se hará en tu inconsciente, lentamente.

En el antiguo Egipto cuando hacían una momia se le sacaban todos los órganos y los ponían en un vaso. En esa mano está el vaso que contiene todos tus órganos. Eso significa un cuerpo vacío. Cuando estas en la vía, tu cuerpo se vacía de toda posesión. Ya no es tu cuerpo, es un cuerpo. Que entre todas las reencarnaciones es solo un vehículo que debe estar exento de toda posesión. Tú dejas vivir a tus pies su propia vida, dejas vivir a tus piernas su propia vida, dejas vivir a tu sexo su propia vida, dejas vivir a tu pecho, dejas vivir a tus brazos, dejas vivir a tu cuello, dejas vivir a tu cabeza su propia vida. Cabeza, mente, cerebro,todo eso no te pertenece a tí.

Ahora, querido de mi corazón, repite conmigo: “Por este gesto mágico, yo reconozco que mi materia pertenece a la materia, que mi cuerpo es un vehículo al que yo no me engancho. Por este movimiento, pierdo mi cara, por este movimiento pierdo mi forma, por este movimiento, pierdo mi sexo y mi edad, por este movimiento pierdo toda etiqueta. Yo soy una piedra entre las piedras, y formo parte de la tierra. Por esta mano, comienzo a comunicarme con todo mi cuerpo, y mi cuerpo va a comunicarse con toda la materia de la tierra. Aquí, tengo la energía de las rocas, aquí tengo la energía de las montañas. Por este gesto, me convierto en una montaña, eterna, fuerte, sin yo aparente”.

Así es mi pequeño, que vas a lo más profu ndo. Una montaña se comunica con toda la corteza de la tierra, una montaña se comunica con todo el centro de gravedad, con todas las profundidades, con el planeta entero. Por ese gesto, te conviertes en el planeta entero, en la materia del planeta entero, y eres tan sólido como el planeta.
Te mantienes como una montaña. Ningún pensamiento incontrolado va a hacer que te muevas, ningún sentimiento incontrolado va a hacer que te mueva, ningún deseo incontrolado podrá moverte, ninguna fatiga podrá moverte, ninguna angustia podrá moverte, ninguna amenaza podrá moverte. Te entregas a tu ser físico y te conviertes en una montaña. Te conviertes en todas las montañas, y también, cuando te comunicas con la materia, te conviertes en la materia del universo entero. Te comunicas con todos los átomos, con todos los minerales, tienes la fuerza del oro, de la plata, del cobre, del plomo. Reconoces por esa mano la infinita fuerza de tu cuerpo. Y tu ego yo se convierte en algo demasiado pequeño para este monumento inmenso que es tu cuerpo.

Ahora vas a decirte:

“La recepción esta abierta, porque cuando me he convertido en una montaña, cuando me he convertido en la materia del planeta entero, es cuando puedo recibir por fin, en este recipiente, el total; porque el recipiente está hecho, es sólido, está al mismo tiempo constituido y vaciado de mi yo. Y dejo venir la energía de la reproducción, abro la puerta de mi sexo que es una energía de eternidad, una energía divina, que yo recibo en esta mano. Me comunico con mi sexo y con la ener gía divina que mantiene el presente. Dejo venir la energía creativa de todo ser vivo. A través de la energía sexual, acumulo el agua poderosa de la sexualidad, que no tiene nada que ver con mis deseos personales. Es la energía de todos los seres que están conmigo, hablo de la energía de todos los seres que están vivos, hablo de la energía de todos los animales, de la energía de todas las plantas, de la energía de todos los planetas, de la energía del sol, de la energía de las raíces, de la energía de las semillas, de la energía de los capullos, de la energía de las flores, de la energía de los insectos, de la energía de la lluvia, de la energía de todos los océanos. En esta mano, en esta montaña, tengo la energía creativa total…Y absorbo la vida. En esta m ano está la posibilidad de la vida total. Toda la reproducción, las estrellas que van a nacer, los cometas, la danza del cosmos, me dan la potencia en esta mano.Y dejo caer la fuerza de un punto que está sobre mi ombligo, la fuerza de mi fuego, y en ese momento, el agua que he recogido comienza a llamear, se convierte en una energía que circula por todo mi cuerpo y por toda la tierra y por toda la vida. Y yo participo en ese fuego completamente purificador, y estoy aquí, con este fuego que brilla, con la solidez de las montañas, y voy a recibir el calor inmenso de mi pecho, que va a proyectarse hacia todos los puntos del espacio. Este sol, esta luz, esta llama, este calor están en mi pecho. Siento que mi pecho se abre, porque tiene una raíz en esta mano, y no tiene miedo de disolverse. Lo que tengo en esta mano, en esta montaña que llamea, es el universo completo. Comienzo a sentir toda la luz que yo llevo, infinita, llena de energía y de calor, transparente, sólida, y la tengo en mi mano. Todo el brillo de mi mente que sobrepasa las nubes y entra en lo profundo, en la oscuridad, y mi mano va más lejos todavía, porque ella va a encontrar la consciencia, transparente, cósmica, universal. Es mi mano la que tiene la consciencia, y esta consciencia es el producto del puro amor, total, de la creación, que emerge como la vida, de lo no-manifestado, del vacío, del maravilloso vacío, y todo eso llega a mi mano. Tengo esta mano como el fundamento total de mi ser cósmico, y solamente cuando tengo en esta mano la energía total, es cuando puedo estirar esta otra mano, la derecha, y actuar sobre la tierra”.

Comprende lo que digo. Un ser que pone esa mano ahí, ha tocado su perineo, su fuerza, su solidez, su sexo, su energía, su llama interior, su purificación, su fuego. Y después se ha abierto en su pecho, se ha abierto hacia su calor, hacia su luz, hacia su consciencia, hacia el amor, que no es un amor que tú tiene para tí, sino un amor cósmico, la benevolencia del universo. Después, este ser se ha abierto al vacío, a lo no-manifestado.

Te miro a ti, nino querido del alma, miro esta montaña que ha vencido su angustia, su forma, su cara, su pedido, su dispersión. Es una montaña que es como la manifestación de la naturaleza, llena de amor. Con esta posición el cuerpo se convierte en un don, en un regalo a la humanidad y en un regalo al mundo. Es el grado más alto de la humanidad. Se tiene al fin su propio ser. Se afirma ser un bol lleno.

Este es un gesto que tradicionalmente significa “aplastar una montaña”. Es tan fuerte, tan concentrado de decisión, de energía, que puede hacer caer una montaña. Mira la fuerza que tienes en esta posición, cuando no tienes miedos. No tienes miedo de ser quemado por el fuego, el fuego no te quema. No tienes miedo de ser sepultado por la tierra, la tierra no te toca. No tienes miedo de ser ahogado por el agua, el agua no te ahoga. No tienes miedo de ser dispersado por el viento, el viento no te dispersa. No tienes miedo de ser invisible, porque la invisibilidad no te quita la consciencia. No tienes miedo del amor, porque el amor se convierte en tí. No tienes miedo de la vida, porque la vida eres tú. No tienes miedo de lo no-manifiesto, de lo misterioso, porque el misterio eres tú. Aplastas todo lo que viene de lo bajo, todas las amenazas que vienen del pasado, todas las cosas que no se han realizado, de los sufrimientos, de las pesadillas, del infantilismo. Tú los los paras.
Vamos, dime lo que te prometes:

“El materialismo, yo lo paro, porque él no va a sepultar mi consciencia, ni mi amor, ni mi sexualidad, yo paro el materialismo y no tengo miedo de lo material, no se me amenaza con el dinero. Mi creatividad puede parar la angustia económica. No se me amenaza con lugares podridos, donde no se puede respirar. Yo paro el miedo de todo lo que es subterráneo, paro el miedo a mi inconsciente; pongo la mano ahí, y estoy conquistando todos esos demonios, porque me he dado cuenta con la fuerza que tengo, de que los demonios son la manifestación de mi yo. Eso no es sino yo, porque yo soy todo. Entonces, pacifico esos demonios y los voy a someter a mi servicio. Pongo una antena hacia la tierra, y con la fuerza que tengo, los pacifico. Y soy tan fuerte que obtengo la victoria, los paro y los canalizo. Los canalizo hacia este canal de fuerza, de luz, de amo r que yo soy, y en lugar de destruirme, me alimentan.”
Comienzas a tomar el alimento de la tierra. Medita sobre eso. A partir de tus angustias, angustias económicas, de creación, profesionales, de enfermedad, de fatiga, todo tipo de angustias. Se pueden parar por la fuerza de este trabajo que has hecho hoy, se paran y se ponen a tu servicio.

Cuando haces eso, despiertas las fuerzas positivas de la tierra ¿qué es despertar las fuerzas positivas de la tierra? Es transformar todo lo que es negativo en alimento de todo lo que es positivo. No se le elimina, se le transforma. Porque todo eres tú. Es lo que yo llamo subyugar. Porque todo lo que es negativo debe darte su energía y convertirse en una parte de tí. Tu danzas con tu enemigo. ¿Y como se puede transformar? Por el conocimiento de los puntos centrales de tu columna. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis y siete, esas son las puertas.

Debe que sentir entre el sexo y el ano tus sensaciones, y después, a la altura de la pelvis, buscar un punto en el que sientas toda tu fuerza sexual que te atraviesa. Y dos o tres dedos sobre el ombligo, siente verdaderamente toda la fuerza de tu centro de gravedad. En el pecho debes sentir que toda la caja torácica se abre con calor. Aquí, es el nacimiento de la raíz del lenguaje, es la purificación y la comunicación. Y aquí, hacia el centro del cerebro, hacia la glándula pineal, a partir de ahí, el cerebro debe llenarse de luz. Y todo eso debe partir como un canal que va del ano a la cabeza y va hacia la comunicación universal y cósmica. No hay ningún misterio, no son más que sensaciones.

Los cuerpos no son mexicanos ni hindúes, ni chinos, ni franceses, ni negros, ni judíos. El cuerpo es un cuerpo humano, que tiene su sabiduría. Y cada uno de nosotros lleva su sabiduría. Entonces por la sabiduría, por la sensación, por el movimiento de energía que se hace, se puede pasar el conocimiento a la tierra. Como una montaña. Y entonces te vuelves calma. Calmate. Deja de permitírtelo todo. Por esta posición, yo no me permito nada. Soy un eje. Paro los sentimientos infantiles, los fantasmas, las cóleras, los miedos, las angustias, las penas, las culpabilizaciones, las injusticias, la crítica. Yo paro, yo tomo mi fuerza, yo me convierto en lo que soy. Y estiro mi mano hacia lo bajo y lo controlo, pero lo controlo por la sabiduría. Doy el conocimiento por la sabiduría.

Alejandro Jodorowsky y Doña Magdalena.
Imagen: CHANGEABLE SPACE 2